Ahora la ves, al fin culmina bien su forma, tan claro que sabías que la encontrarías. Dando pasos, embistiendo todo a la vez, hundida la Catedral, descrédito y reencarnación. Ave que trae la tormenta. Inmoderado, afuera de la creación, no hay más jerarquías, chispazos de otro color. Vamos, marchemos ya, el cuerpo es el impulso, nueva disposición del ánimo para todos. Ave que trae la tormenta.