Después del amor . . . no quedan más que unas palabras y un par de cigarrillos en la penumbra vaga. Después del amor . . . no queda más que una gloria vaga que corre por el cuarto cómo una carcajada; porque tú sólo pasas por mi vida sin dejar en mis zurcos más semillas que los pobres despojos de la dicha que da una noche más de intenso amor . . . Después del amor . . . no queda que una luz apagada y al morir de la noche un adíos sin palabras; pero apenas te has ido me reclamas las sombras de mi cuarto y de mi cama y de esta soledad que no se acaba con una noche más de intenso amor . . . Después del amor . . . no queda que abrir la ventana y vaciar de recuerdos el cuarto y la mañana.