Intro De Sevilla un patio salpicao de flores una fuente en medio con un surtidor Rosas y claveles de todos colores que no los soñara mejor ni un pintor. Junto a la cancela de hierro forjao hay una mocita de tez bronceá y juntito a ella, moreno y plantao un mozo encendío que hablándole está. La Luna, rosa de plata, el patio baña de luz, mu cerquita de su novia dijo el mocito andaluz: Rocío, ay, mi Rocío manojito de claveles, capullito florecío, de pensar en tus quereres voy a perder el sentío, porque te quiero mi vía como nadie te ha querío, ay, Rocío, ay, mi Rocío. Ahora es otro el patio salpicao de rosas, patio de las monjas de la Caridad, donde hasta la fuente llora silenciosa la canción amarga de su soledad. Regando las flores hay una monjita, que como ellas tiene carita de flor, y que se parece a aquella mocita que tras la cancela le hablaban de amor. La Luna, rosa de plata, el patio baña de luz, mu cerquita de su novia dijo el mocito andaluz: Rocío, ay, mi Rocío manojito de claveles, capullito florecío, de pensar en tus quereres voy a perder el sentío, porque te quiero mi vía como nadie te ha querío, ay, Rocío, ay, mi Rocío.