Jesús viendo a su Madre y a su lado al discípulo amado, dice a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después le dice al discípulo: Ahí, ahí tienes a tu Madre. Uh,uh,u,u..... Uh,uh,u,u..... Si se acaba el vino en tu vida hoy, ahí tienes a tu Madre. Si solo hay tinajas pero no hay amor, ahí tienes a tu Madre. Si estás buscando acercarte a Dios, ahí tienes a tu Madre, ahí tienes a tu Madre. Ahí tienes a tu madre, ahí tienes a tu Madre. Ahí tienes a tu Madre, ahí tienes a tu Madre. Ahí tienes a tu Madre. Si no sabes cómo hacer una oración, ahí tienes a tu Madre. Si la cruz te pesa para caminar, ahí tienes a tu Madre. Si no hay Pentecostés en tu corazón, ahí tienes a tu Madre, ahí tienes a tu Madre. Ahí tienes a tu Madre... (ver Estribillo). Si estás viviendo fuerte la hora del dolor, ahí tienes a tu Madre. Si estás padeciendo alguna enfermedad, ahí tienes a tu Madre. Si te encuentras sumido en desesperación, ahí tienes a tu Madre, ahí tienes a tu Madre. Ahí tienes a tu madre, ahí tienes a tu Madre. Ahí tienes a tu Madre, ahí tienes a tu Madre. Ahí tienes a tu Madre.