Cuando el mundo te inunda de fatalidad Y te agobia la vida con su mucho afán Y se llena tu alma de preocupación Y se seca la fuente de tu corazón Cuando quieras huir porque no puedes más Porque sólo te sientes entre los demás Y no hay más en tus ojos brillo y emoción Y se cierra tu boca porque no hay canción Puedes sentarte a sus pies Y de sus manos beber La plenitud que tu alma necesita Puedes sentarte a sus pies Y cada día tener Una nueva canción y nueva vida A sus pies hay paz, gracia y bendición A sus pies tendrás, luz y dirección La plenitud en él nunca se agotará Puedes descansar en su presencia