Llevo horas desvelado con el azul de las sirenas tarareando una canción de mierda. Tengo un bulto en el costado, y una crisis de las buenas anoche se me salió la cadena. Mis amigos más bravos, siguen arreglando el mundo ahí fuera. Qué extrano cumpleaños. Cuarenta en cuarentena. Cuarenta en cuarentena. He peinado el extraradio con mi bici de carreras, y unas mallas cortas vieja escuela. Echo en falta a mis hermanos, en la furgoneta negra. Los tiburones de la carretera. Escucho por la radio: muere mi comentarista estrella. Qué extraño cumpleaños. Cuarenta en cuarentena. Cuarenta en cuarentena. Dando vueltas a las vueltas, llevo una semana entera, camuflando mi desastre existencial. Huele a cielo de tormenta, y me muero porque vuelva, aunque sea un pedacito de normalidad. Cada noche pedo cometiendo errores en cadena, dinamito mi penúltima oportunidad. Con la máscara de guerra, y un resguardo en la guantera, bajo a ver si veo a alguien de verdad, de verdad.