Desde cuando era un niño oí hablar de un Dios Que abrió el gran Mar Rojo, luchaba con poder Contra fieras y gigantes, reinos y naciones, Y yo me deleitaba cantando sus canciones. Mas el tiempo fue pasando y ya no quise oír, Preferí seguir mi rumbo, traté de Dios huir, Pero al final de mi camino, no podía continuar, Yo sentía su presencia, me invitaba a regresar. Señor, me quiero entregar, En tus caminos quiero andar, Tu mano quiero hoy sentir Y tu perdón recibir, Y obedecer la voz que oía en mi infancia, Voy a cantar que no hay distancia, Si te sientes hoy cansado, perdido en soledad, Si te sientes fracasado, mi Dios es solución, Pues dejó a sus ovejas y te vino a rescatar Y si sientes su presencia, por qué entonces no cantar? Señor, me quiero entregar, En tus caminos quiero andar, Tu mano quiero hoy sentir Y tu perdón recibir, Y obedecer la voz que oía en mi infancia, Voy a cantar que no hay distancia, Que te pueda alejar. Señor, me quiero entregar, En tus caminos quiero andar, Tu mano quiero hoy sentir Y tu perdón recibir, Y obedecer la voz que oía en mi infancia, Voy a cantar que no hay distancia, Él te puede alcanzar