Mi pueblo escucha bien lo que voy a decirte, Solo será un minuto si tienes que irte, No quiero digas nada simplemente escucha, Perdona si en algún momento te interrumpa. Hoy hacen dos mil años fui crucificado, Mi cuerpo escupido y ensangrentado, Lleve todas tus culpas sobre mi costado, Para darte la vida eterna como un regalo. Hoy soy quien pregunta porque no me escuchas, Por qué no me miras por qué no me abrazas, La hipocresía ha cegado tu mente y dices que me amas. Te has hecho muy fuerte en tus razonamientos, Has cambiado mi gloria por tus sentimientos, A veces por las noches vengo y te despierto, Pero ya no te importa hablarme un momento. Te pasas todo el tiempo hablando cosas vanas, Si la televisión las modas o la fama, Has perdido la santidad que en ti brillaba, Sabes mas de novelas que de mi palabra. Mi anhelo es usarte que muestres mi gloria, Llenarte de unción que rebose tu copa, Que cambies al mundo cada vez que hables pues el tiempo se agota, se agota. Recuerda cuando no estabas en mis brazos, Llorabas como un niño hambriento y descalzo, En cámara lenta tu y yo nos juntamos, Las lagrimas caían delante de un charco. Te di una nueva vida te abrí varias puertas, Llené tu corazón borrando la tristeza, Hoy dices que ya tienes hechas tus maletas, Te vas al mundo no importa lo que suceda. No puedes negar siempre estuve contigo, Ojalá que si vuelves yo no me hay ido, Entonces será demasiado tarde, Y no podrás encontrarme. Tus mejillas se gastarán de llorar por mi, Cuando recuerdes los momentos junto a ti Regresa a mi a mi Regresa a mi a mi Regresa a mi a mi Regresa a mi a mi

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