La claridad de sus ojos en los días finales de invierno fueron su mejor momento. A cada uno de sus movimientos la vida le reservaba el papel principal. Turbia mirada de complicidad fuego cruzado en la oscuridad en la lujuria de aquellos días entre disparos de cocaína viciosa y terminal no tenía rival. Acostumbrada al amanecer a fiestas con "charm" y placer y el mundo siempre a sus pies. Sueños en plata de ley chica mala, casa bien lo dice un viejo tango de Gardel. Turbia mirada de complicidad fuego cruzado en la oscuridad en la locura de aquellos días. Entre disparos de cocaína viciosa y terminal no ternía rival, oh no. Los amantes que no se entregan se abandonan (bis) JCA [email protected]