“Siglo XX cambalache, problemático y febril” anunció Santos Discépolo, un poeta del 2000 y profeta en aquel tango que cantó a la corrupción que gobierna las cloacas de la humana condición. Siglo XXI, el Hombre ha muerto ¡Viva el Kapital! no será aquel cambalache donde todo daba igual... para entonces no serán lo mismo un sabio que un traidor, el más Judas será el que se suba al podio del Honor, La mentira será Ley y el simulacro, institución, el cohecho por derecho y por la santa comisión... el chorizo ira embutido en su Mercedes oficial y el trilero montará su atril en Trilateral. El camello del futuro no será aquel criminal que vendía matarratas cuando aun era ilegal... para entonces será el Presidente de 'Coca-Control' en su rama de entertainment: “sexo, droga y rock'n'roll”. Trepa, trepa por tu chepa, el trepa llegará a ser VIP y la sanguijuela chupa que le chupará hasta el RIP... el gusano, con los restos, se pondrá como un cebón y, bien gordo, será deglutido por el tiburón. Y llegó el Fin de la Historia y Al Capone va a ser rey de quien la sufrió en sus carnes y aún la arrastra como un buey... 'Dios murió' predijo Nietzsche pero aquí está el Totus Dei que enterró al Demonio Rojo que aprendió a decir: “Okay”, todo por comprarse unos vaqueros made in USA. Me diréis y con razón que yo también soy un ladrón, que la música y la letra de este fraude de canción son un plagio de Bob Dylan y del gran Discepolín... es verdad pero, ¡cojones!, quien desprecia ese botín que a Dios le plagió Merlín y al Diablo, Marilyn y a Picasso, el Arlequín y a Espartaco, Bakunín y a la Esfinge, Rin Tin Tin, y el principio es siempre el fiiiiiiin, fiiiiiiiin en fin…