Consolad, consolad, consolad a mi Pueblo; haced casa al corazón que me busca y gritadle: «terminó tu miedo y tu angustia». Una voz que grita en el desierto: «Preparad el camino, que los valles, todos, se levanten, cada monte y colina se abaje. El Señor viene a salvarnos preparémonos de todo corazón». Consolad, consolad, consolad a mi Pueblo; haced casa al corazón que me busca y gritadle: «terminó tu miedo y tu angustia». El Señor ya viene, Él vendrá entre las nubes en gloria. Cada hombre podrá contemplarlo, y tendrá siempre su luz para el camino. La palabra de nuestro Dios nunca pasa y permanece para siempre. Consolad, consolad, consolad a mi Pueblo; haced casa al corazón que me busca y gritadle: «terminó tu miedo y tu angustia». Sube a un alto monte---- Mensajea y alegres tropillas Y proclama con fuerza en Sión: «No temáis», y grita aún más fuerte que el Señor viene con poder y, en la historia, viene a salvarnos. Consolad, consolad, consolad a mi Pueblo; haced casa al corazón que me busca y gritadle: «terminó tu miedo y tu angustia».