Qué monada era Agapito, Agapito el chimpancé. Era un santo de chiquito cuando sólo andaba a pie. Prometía ser el ángel de los monos, pero no. Se hizo bruto cuadrumano cuando se motorizó. Le crecieron los colmillos, se le enronqueció la voz y se puso mitad diablo y mitad lobo feroz. Basta ya de alboroto con la moto. ¿Para qué? Si es mejor andar a pie. Los vecinos tiemblan todos cuando pasa el animal, se derrumban los espejos y las copas de cristal. Los vecinos están presos del petardo corredor, juegan al oficio mudo, no oyen el televisor. Basta ya de alboroto con la moto. ¿Para qué? Si es mejor andar a pie. Agapito corre y corre transformado en malhechor, sin cuchillo ni pistola, solamente con motor. Propietario de la calle y ministro del terror, bachiller en terremotos y pichón de dictador. Basta ya de alboroto con la moto. ¿Para qué? Si es mejor andar a pie. Cuando estaban ya por darle su carné de criminal, con la moto de sombrero fue a parar al hospital. Tiene yeso hasta en las uñas pero está bastante bien. Esperemos que no sea contagioso el mal. Amén. Basta ya de alboroto con la moto. ¿Para qué? Si es mejor andar a pie. Si es mejor andar a pie.