Ayer, una señora mayor vendiendo paños de cocina en un semáforo. Y hoy, el caballero de los sánguches en la galería. Qué pena, qué pena el pago de Chile. Ay, qué pena, qué pena el pago de Chile. Ayer, una pequeña niña va vendiendo flores por el parque forestal. y hoy, unos muchachos aspirando gasolina bajo el puente. Qué pena, qué pena ese rostro de Chile. Ay, qué pena, qué pena ese rostro de Chile. Qué se puede hacer para cambiar este paisaje que me duele al caminar. Qué se puede hacer para que el Dios Dinero deje de imponer su mal. Qué se puede hacer para escapar de esta rabia que se vuelve visceral. Yo no quiero tu odio, yo quisiera devolver sonrisas a tu mal. Ayer, uniformados y civiles van robando las riquezas del país. Y hoy, los caraduras argumentan que no existen los recursos. Qué pena que hay tantos ladrones en Chile. Ay, qué pena, tenemos ladrones por miles. Ayer, un campesino rumbo a casa es arrollado por el auto de Martín. Y hoy, la justicia determina Martincito es inocente. Qué miedo, qué miedo los jueces en Chile. Ay, qué miedo, qué miedo justicia de Chile. Qué se puede hacer para cambiar este paisaje que me duele al caminar. Qué se puede hacer para que el Dios Dinero deje de imponer su mal. Qué se puede hacer para escapar de esta rabia que se vuelve visceral. Yo no quiero tu odio, yo quisiera devolver sonrisas a tu mal. Y amarnos con todos, cuidarnos con todos, amarnos, cuidarnos y amarnos.