ELLA Una palabra trajo la otra: esto algún día tenía que pasar. Yo no pedía, no consentía ser en su vida una cosa más. Si me deseaba, él me buscaba y al otro día de mí se olvidaba. ¡No soporto, no permito ser un objeto se-xual! ÉL Yo te comprendo, pero lamento que no te pueda ofrecer nada más. Esto lo hablamos; ya lo aclaramos: tú en tu sitio y yo en mi lugar. Pero volaste. Te equivocaste y no soy culpable de lo que soñaste. Es inútil. No me pidas lo que no te puedo dar. Chorus ELLA ¡ERES UNA MÁQUINA! UN TROZO DE HIERRO CON ALMA DE ACERO Y CORAZÓN ME-CÁNICO, ESTÚPIDA MÁQUINA QUE SÓLO FA-BRICA ILUSIONES DE LATA Y AMORES DE PLÁSTICO. ¡ERES UNA MÁQUINA! UN FRÍO MOTOR QUE FUNCIONA A MENTIRAS Y NO TIENE LÍMITE. ESTÚPIDA MÁQUINA, ¡QUISIERA ROM-PER TU CONTROL INFER-NAL Y PODER DESTRU-IRTE! ELLA Esto se acaba. No queda nada. Yo, de mi parte, ya no quiero más. Cuando pensaba que eras un hombre, fuiste un payaso que quiso jugar. ÉL ¿Y tú, qué creíste? ¿Qué imaginaste? ¿Qué fantasía es la que te inventaste? Si te marchas o te quedas, juro que a mí me da igual. Chorus REPITE Y FADE OUT ¡Eres una máquina!...