El ser un animal nocturno era una bella rutina conquistar a chicas del jet-set o mujerzuelas de esquina, si es que no son la misma cosa con diferencia de precio entrar a algún bar sin conocer ni que me conozcan entonar una canción y esperar el trago de cortesía que siempre venía, era mi filosofía hasta que un productor según él me hizo el favor de grabarme un disco y metió la inspiración en una computadora y aquel juego de libertad en refrigeradora me dijeron quítate esos jeans y esa camisa vaquera tendremos que cambiarte de look pues ese nadie lo aprueba tendrás imagen nueva y una prospera carrera luciendo siempre cara de mascota recién comprada salí en la tele con cierto dejo de tristeza en la mirada y el alma empalada de cantar sin decir nada me cansé, de los representantes y cócteles de moda me cansé, de toda esa gente que dice que te adora das la espalda y te ignora me harté, de no ser el mismo me compré, unos cuantos amigos, una novia y un perro. los amigos y novia se fueron solo me quedó el perro que no tiene prejuicios y me acepta como soy por eso vine a este bar y aquí me pagan diez mil pesos la hora tengo un cuarto con balcón y hasta una chica que me adora y es tanta mi fe que aunque no tengo jardín ya compré, una podadora.