Esperando la lluvia la bendición del día el adiós a la agonía de morir esclavo el corazón del soldado de camino al cementerio para recordarse intacto se distrajo en un espejo Desvistiendo a Sofía en el nítido recuerdo porte de caballo negro delirio de fiebre fría aquí estoy yo con mi vida con los ojos bien abiertos con la bomba en la mochila con la mochila en el pecho. Yo nací en aquella calle que era como un pobre valle al borde de edificios altos y el espanto en la esquina. A marcha y contramarcha del redoble en el orden del desorden aprendiendo el contrafuego y sin Sofía. por eso todo lo que tengo desde entonces verdaderamente mío es que me haya querido. Si no te llegan mis cartas desde el más allá probable vas a deber perdonarme no será lo que pensaba el edén con que contaba las razones que tuvimos para embriagarnos con agua y bautizarnos con vino. Si se te olvidan mis ojos si esa frontera no cambia si mantiene esta farsa ¿qué habrá sido de nosotros? que pudimos irnos lejos a olvidarnos las raíces y preferimos el beso necio de las cicatrices. Yo nací en aquella calle que era como un pobre valle al borde de edificios altos y el espanto en la esquina. A marcha y contramarcha del redoble en el orden del desorden aprendiendo el contrafuego y sin Sofía. por eso todo lo que tengo desde entonces verdaderamente mío es que me haya querido.