Juego a perder la razón para no volverme loco recorro la ciudad como a un cuarto de pensión que ya conozco si vos me vieras; parezco el dueño de todas las veredas un argumento propio de los espejismos de un microcentro que está vacío. Desafiando a un feriado del olvido entre perros y palomas leo cartas en voz alta que no escribo y la plaza está tan sola si vos me vieras; con este saco revisando las vidrieras con la misma seriedad que a la basura adomingado como un pueblo de frontera. Este necio destino que nos toca es obra del vino malo ya entramos al casino en bancarrota no es que perdimos tanto si vos me vieras; hace meses que no lleno dos renglones ya me olvidé como era escribirte canciones cuando empezaba a disfrutar mi mala letra. Llega la noche para negociar el cansancio toda prueba que me queda del ayer solamente este diario ya te imagino; levantándote radiante bien temprano con el lunes resuelto de antemano y el horario exacto del colectivo. Y mientras tanto; a un mozo terco le quiero hacer entender que es demasiado lo que cobran el café que me perdone, pero no puedo pagarlo