Él era de los pocos Que sentados frente al mar Le cantaban sin razones A esta página de sal A las aves que debieron volar… Y cuando llegó Se durmieron ante sus narices Lo negó… Pero al atardecer Se llenó de valor Caminó y se puso a contar hasta tres Y así juntos los vio De la mano y de repente El beso lo nubló Y rendido ante su propia sombra Se arrodilló Y la rosa cayó Y bajó la cabeza Susurrando despacio Él era de los pocos Que sentados frente al mar Le cantaban sin razones A esta página de sal A las aves que debieron volar… Al caer la noche Se privó de todos sus sentidos Y lloró... Pero al amanecer Caminó hasta la playa Y en la orilla se puso a contar hasta tres Y así los recordó De la mano y de repente El cielo se nubló Y rendido ante su propia sombra Se arrodilló Se sentó frente al mar Y rompió su silencio Con esta canción…