La vida era una fiesta hasta llegar a los treinta, ahora te pasó la cuenta… Tu estado de inconciencia permanente, buscando la ocasión para ir al frente, sin nada que te detenga. Te tiraste de cabeza al agujero sin pensártelo primero, de cama en cama, de boca en boca. Ahora no puedo ocultarte mi dolor al verte así, tan frágil, como una muñeca rota. La noche era el papel donde escribías tus mejores fantasías. Las horas se alargaban y los días... los días no existían. Te encontré una madrugada con el corazón en llamas desafiando al mundo con el filo de una copa. Ooooh Y justo en ese momento presentí que ibas a acabar así como una muñeca rota. Manejabas a la perfección el arte de la huida hacia delante más de uno se dejo los huesos en el intento de seguir el rastro de tu rumbo itinerante. La vida gira igual que una ruleta parece que ahora te toca, oooooh esperar en un rincón que alguien quiera volver a jugar contigo, muñeca rota. El tiempo fue muy poco caballero, ni belleza ni dinero, y con la luz del mediodía se fue esfumando de a poco esa alegría, maldito sol traicionero. Cada vez que suena tu canción yo recuerdo aquel sabor amargo de la derrota. Oooooh Es que siempre hay una historia de un hombre vencido detrás de cada muñeca rota.