Ya sé que es algo tarde para vernos hoy, pero igual quiero llamarte... “Hola”... y escuchar tu voz. Diciéndome que soy tan desubicado por llamarte así, que mejor me calle y me vaya adormir, pero no pude evitar decir: “te quiero sólo para mí”. Para mí, sólo para mí te quiero. Tengo que conformarme y olvidármelo, porque no puedo aguatarme ni a mí, no, no, en esta situación. Sintiéndome que soy tan insoportable por ponerme así; tan inoportuno, como siempre fui, pero no pude evitar decir: “te quiero sólo para mí”. Para mí, sólo para mí te quiero. No te quiero compartir, no, no, con nadie más. Sólo para mí te quiero. Pensaba que tal vez podíamos vernos cuando termines de estar perdida en esa locura, pero no pude evitar decir: “te quiero sólo para mí”. Para mí, sólo para mí te quiero. No te quiero compartir, no, no, con nadie más. Sólo para mí te quiero.