Mi vida fue un sol sin día, un desengaño sin desquite. Mi vida fue sangre y espina, siempre jugando al escondite. Un secreto que ocultar negar la realidad siempre un tachón en el remite, como si un tren nunca llegase a su estación. Como un profeta que esperando está el milagro, pasé furtiva media vida errante en el monte calvario. Hasta que un día me cansé de este vagar, de este pañuelo de lágrimas de esta llave sin portal. Y me hice el fuerte y nadé a contra corriente pa contarles mi verdad Y a mi mare de mi alma fui contándole mis miedos, miedo a no decepcionarle, que lo demás no me importa. Pero mi mare es mi mare, le conté mis sentimientos y abrazándome me dijo: si te fallo yo me muero, qué más me da como seas tu eres mi hijo y te quiero. Todo cambió aquella tarde, jamás en la vida he vuelto a ocultarme. Qué coño importan si miran, yo estoy orgulloso y tiro palante. Y es por eso que esta noche aquí me presento pasando de historias. Y con esta copla a algún chufla le callo la boca, vayan dejando pamplinas y prejuicios que llega Juana, que llega Juana la loca.