INTRODUCCIÓN: Recuerdo la calle alegre, donde mi infancia crecía, a dos pasos de La Banda; de la estación bien cerquita; rumbo a San Ramón ya estaba y a un costado de las vías. INTERMEDIO: Ni bien bostezaba el día, todos los changos llegaban, hondeando y comiendo frutas y pan casero en rodajas, con un tarrito de leche de esa recién ordeñada. INTERMEDIO ¡Quién sabe cuánto misterio la calle alegre tenía, que toditas las tristezas allí desaparecían! También hasta el mal de amores, apenas duraba un día. ESTRIBILLO Recuerdo la calle alegre de La Banda de Santiago. ¡Qué lindo si en este mundo hubiera una en todos lados, igual que esas callecitas como las que hay en mi pago! INTERMEDIO: Recuerdo la calle alegre de mi niñez tan lejana, aquella donde en las tardes volvía para mi casa, con el pupo desnudito y la ropita embarrada. INTERMEDIO: ¡Qué duende te habrá pintado, para lucir tan bonita, bordada de piquillines y flores de quillosisa! Jamás hubo otra más bella, por humilde y sencillita. INTERMEDIO Y ahora que la nostalgia se me ha ganado en el pecho, no sé lo que no daría, por volver a aquellos tiempos. Y ya no me queda nada, más que añorarte a lo lejos. ESTRIBILLO