El azar de la vida, llevome de la mano un día, hasta tu morada, angélica amada. y tal cual presentía, tan bella como seductora, en tus ojos brillo la aurora, que mi sendero alumbrara. con la ternura infinita, en mi alma escondida me acerque hasta ti, y disfrute de las caricias de tu boca encendida de amor para mi. yo dichoso contigo, sabiéndote mi compañera ansiada en la vida, realidad sentida. pero nubes de pena el viento dibujo en mi cielo, que fuera tan azul sereno, robándome la claridad. y hoy nuevamente muy solo estoy lejos de ti, sin saber ni porque, voy pesaroso y sin odio, y quizás algún día, eh de hallarte otra veeee-eeee-eez.

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