Ritmo de pasillo: Inútilmente te busqué en la brisa en la mirada del que va de prisa y en ese llanto que entra sin llamar. En esos brazos que invitan al fuego que por hallarte me entregaba y luego solo el silencio de un fracaso más. Primera vez: Miré en el fondo de mi poesía y en el afán que viene con los días en mis angustias, también en mi paz. Pero fue así cuando muy levemente sentí tus pasos y precisamente fue cuando mi guitarra comenzó a cantar. Segunda vez: Puse en mi hombro a descansar caminos vanos intentos de encontrar tu abrigo esos que huyeron al alba llegar.