Intro: Disolutos rebuscan la basura, presos en el mismo rincón. Su techo es el cielo de piedra de los soportales de Antón. No supe ver lo que iba a pasar. Vivir la vida que nos dejen, vagabundos del destino salvaje. No te imaginas cuánta nicotina en las alas de los pulmones de mi pensamiento. Hoy la culpa pesa un poco más Bebo y vuelvo en mí con el vaivén de un barco tripulado al fin. Tiembla el pulso, sigo vivo. ¿Cuánto corazón necesita Dios? ¿Qué más he de hacer? Moriría por poder volver a nacer. (