Cara al sol me quemo con la siesta de las chicharras y tu voz se enrieda con las cuerdas de mi guitarra. Soy feliz porque el verano funde tu amor y el mío con dulzor de arena cantarina que trae el río. Agua de fiesta trae la sierra y un cantar de sol, verano, cielo, nubes y siesta. El calor que revienta en la arena de luz mojada, lleva ya tu piel que soles buenos dejó dorada. Olvidar que tu partida deja en las arenas, huellas de recuerdos guitarreros que me serenan.