Señor dame tu mano y sácame adelante y haz que en ningún instante me separe de ti, que la gloria que hizo a Moisés irradiante permanezca en tu siervo como en el Sinaí. Quiero tener tu mente, pensar como tú piensas, quiero ver el pecado como lo miras tú; y quiero como Job tener tanta paciencia para sufrir las pruebas por tu casa Jesús. Señor que de mis labios emane la alabanza y sea cual fragancia que perfume en tu altar, permíteme que pueda tener esa confianza de estar junto a tu pecho como el apóstol Juan. Tú eres poderoso, sabio y celoso y fuerte y aun misma muerte se doblega ante ti; Extiéndeme tu mano Señor Omnipotente, permíteme que pueda servirte hasta morir.