El Ángel del señor la visitó Señora mía, le dijo: “alégrate llena de gracia divina” le trajo una buena noticia, que sería madre del Mesías. Y usted con cándida osadía, le preguntó cómo sería si a ningún hombre conocía. Quizás no era oportuno el preguntar Señora mía, ni Dios detuvo curiosidad femenina, por una frase parecida, dejaron mudo a Zacarías. Pero en su caso quién diría, Dios no se ofende ni se irrita incluso todo se lo explica. Dama de Azul, esclava más humilde del Señor que lo consigue todo con amor, y eso que no habla muchas palabras siendo una mujer eso es una hazaña, más aun si quiere ser abogada de un servidor... Dama de Azul, esclava más humilde del Señor, tu que lo consigues todo con amor, y es que siempre amas, sin pedir nada siendo una madre solo me extraña más aun se ofrece a ser nuestra aliada en la oración.. Dama de Azul... *Recuerda cuando el vino se acabó, Señora mía, y le pidió a Jesús intervenir aquel día...Él dijo: “mujer todavía; no es mi hora, no insistas”, y mientras lo repetía, usted a los criados pedía que hagan todo lo que él les diga. *Quizás no era oportuna la ocasión Señora mía, más ni él pudo con su tenacidad femenina. Y aunque Jesús no lo quería, era Mamá quién insistía con una voz y una sonrisa, seguro que usted ya sabía que él iba ha hacer lo que pedía.