Ay, paloma, que bajas a la Rambla de Barcelona con la muerte en las alas, so-A. Ay, cigüeña, que sobre un campanario por Valdepeñas asoleando tu nido, sue-ñas. Fui peregrina feliz de luz española, después, con muerte en el alma, ave que se desploma. Tanto amor quién me lo quita, tanta dicha quién me roba. Ay, gaviota, San Fernando de Cádiz, deslumbradora, te esperó como blanca proa. Golondrinas que volverán oscuras siempre a Sevilla dibujando en el cielo: “ri-mas”. Fui peregrina feliz ...