Este pan y vino Señor, se transformarán en tu Cuerpo y Sangre Señor, en nuestro manjar. Gracias al sol y al labrador, en el altar florecen hoy, las espigas, los racimos que presentamos a Dios. Lo que sembré con mi dolor, lo que pedí en mi oración, hoy son frutos, son ofrendas que presentamos a Dios.